Lo tienes en el armario, pero quizá no lo estás usando como deberías.
Pocas prendas resisten tan bien el paso del tiempo como un buen jersey negro. No importa cuántas temporadas cambien, ni cuántas tendencias vengan con ganas de mover el tablero: el jersey negro siempre se queda. Y lo hace con esa mezcla de discreción y presencia que solo tienen las piezas que funcionan de verdad. Y si no, que se lo digan a Jude Law, que acaba de empapelar España entera protagonizando la nueva campaña de Emidio Tucci para El Corte Inglés y parece que te está diciendo: «Échale huevos a ver si vistes mejor que yo…»
Este otoño/invierno, toca mirarlo con otros ojos. Porque más allá de combinarlo con unos pantalones negros —que también—, el jersey negro puede ser el punto de partida de looks con carácter, con intención, con ese algo que hace que todo encaje. No hace falta complicarse. Solo hace falta saber mirar.
Aquí van algunas ideas que exploran nuevas combinaciones, siluetas y colores con los que el jersey negro se convierte en una prenda clave para construir estilos distintos. Para cuando apetece salirse del piloto automático… ¡toma nota!
Jersey negro con americana blanca y jeans
Una fórmula sencilla que funciona sola: jersey negro de cuello alto, vaqueros rectos de corte relajado y una americana blanca cruzada. El jersey de punto negro ajustado te va a definir muy bien la silueta, la chaqueta te va a dar estructura con un punto muy interesante de smart casual, y el denim claro relaja la formalidad que suma la americana. Si te gusta este look, céntrate en elegir una americana de lana algodón de doble botonadura. El resto se construye solo.
Chaqueta roja, denim blanco y jersey negro
Si hay algo que nos chifla de este look es que tiene algo muy otoñal sin caer en tópicos. El jersey negro funciona como base neutra sobre la que se construye todo lo demás. Encima, una chaqueta de pana en tono teja que aporta textura y un punto cálido. Abajo, unos vaqueros blancos que relajan el conjunto y lo llevan a terreno más actual. El truco está en la mezcla de tejidos y en la gama cromática. Si te animas a replicarlo, busca una chaqueta con estructura relajada y pantalones rectos sin desgaste.
Pantalón de sastre gris y chaqueta de ante marrón
Esta propuesta juega a mezclar códigos con mucha naturalidad. El jersey negro de cuello caja es la base y deja todo el protagonismo al contraste entre texturas: el ante suave de la chaqueta marrón y el tejido clásico del pantalón de pata de gallo. Funciona porque hay un equilibrio entre lo relajado y lo formal, sin parecer forzado. Para conseguir algo parecido, céntrate en una chaqueta bien cortada, que no pese, y unos pantalones de vestir con caída recta. El resto se apoya en detalles sencillos: cinturón fino, botas negras y actitud contenida.
Abrigo largo y pantalón holgado con pinzas
Vestir de negro también puede tener matices. Este look lo demuestra jugando con proporciones y cortes. El jersey oscuro se integra como una segunda piel bajo un abrigo largo, estructurado, que cae por debajo de la rodilla. El pantalón, amplio y con pinzas, aporta movimiento y rompe con la rigidez del total black. No hace falta añadir color para que el conjunto funcione: basta con elegir bien los volúmenes. Si quieres replicarlo, busca prendas que tengan cuerpo, pero no exceso de peso. Aquí, lo que cuenta es cómo fluye la silueta al caminar.
Jersey negro y juego de tonos claros
Este es el típico outfit que ves cuando vas por la calle Serrano y automáticamente piensas «¡lo quiero!». ¿Cómo unas prendas tan sencillas pueden armar un look tan perfecto? Veamos… El jersey negro actúa como ancla en un conjunto pensado en tonos claros: abrigo largo de lana en color crudo, pantalones blancos con pinzas y una camisa blanca que apenas asoma por el cuello. Los accesorios —cinturón negro fino y zapatos clásicos— terminan de marcar el ritmo. Es un outfit limpio, bien construido, con un punto de elegancia relajada que nos encanta. Si quieres llevarlo tú, céntrate en que las prendas claras tengan buena caída y estructura. El negro ya se encarga de dar el contraste.
