No todos los trajes valen lo que cuestan. Aprende a reconocer los signos de una buena sastrería: tejido, estructura, costuras y acabados que marcan la diferencia.
Hay algo casi hipnótico en un buen traje: el equilibrio perfecto entre estructura y movimiento, entre firmeza y ligereza, que revela la calidad del miso. Pero ¿qué características debe tener un buen traje de hombre? No todo depende del ajuste -porque, al fin y al cabo, el largo de las mangas, los hombros o la caída del pantalón se pueden corregir con unos arreglos bien hechos, incluso en un traje confeccionado en serie-.
Lo que realmente marca la diferencia está en la calidad de la tela, en los acabados y en esos pequeños detalles que solo un ojo atento sabría identificar. Aquí te contamos cómo saber si un traje es de buena calidad, más allá de su corte o de su marca, y te explicamos el test de calidad que deberías hacerle antes de invertir en uno, ya sea un modelo de una tienda fast fashion o un traje a medida. Porque cuando se trata de vestir bien, los detalles son lo único que cuenta.
El precio es el primer indicador de un traje
A la hora de comprar un traje, siempre rige la norma de la relación calidad-precio. Como era de esperar, poco dinero es sinónimo de poca calidad y mucho dinero, de mucha calidad. Las excepciones son ciertas prendas de diseño (demasiado caras) y las rebajas (calidad máxima a precios más asequibles, sobre todo en el caso de ofertas de boutiques que vacían sus almacenes).

Pero ¿qué se puede esperar y por cuánto dinero? Por 350/500 euros puedes encontrar un traje de confección en serie en tiendas como Massimo Dutti, Scalpers, Emidio Tucci, etc… Menos dinero (entre 150 y 200 euros) solo se puede desembolsar en típicas las tiendas como H&M, donde por muy poca dinero, al menos ofrecen un diseño aceptable y actual, aunque no puedes esperar gran cosa ni del paño ni de la confección.

Si tienes suerte, por 450 euros podrás hacerte con un traje aceptable, que con los arreglos necesarios, no desentone ni lo más mínimo. Actualmente, la mayoría de tiendas de confección de trajes en serie ofrecen un servicio de arreglos: te arreglan los bajos, te ciñen la cintura, te arreglan el hombro y parece que te has hecho un traje a medida. Eso sí, una confección excelente y paños de calidad ya no se encuentran hoy en día por menos de 3.000 o 3.500 euros.
Fíjate siempre en estos aspectos de la etiqueta
¿Qué indica la etiqueta de un traje? Merece la pena leerla, ya que ofrece valiosa información sobre el origen de la prenda. Si en ella aparece el nombre de la tienda, es buena señal: aunque no sea de una casa tan prestigiosa como una firma de diseño, si estampa su nombre es que ofrece una buena relación calidad-precio (aquí siguen vigentes las categorías de precios del punto anterior).

Si en la etiqueta aparece el logotipo de un diseñador de renombre, tendrá que pagar al menos el doble. Sobre todo si el diseñador no tiene nada que ver con trajes o moda de caballero. También puede tratarse de la etiqueta de una empresa de confección. En ese caso, el traje vendría directamente del fabricante.
Por lo general, la mejor solución es comprar directamente la prenda al fabricante, porque de esta forma el precio no estará hinchado (a veces a un mismo traje se le pone la etiqueta de otra marca, lo que lo encarece). Además, así, si surge algún problema se sabes dónde reclamar.
¿Cómo saber si la tela de un traje es buena?
La mejor confección se queda en nada cuando el paño no está a la altura. Para comprobar la calidad de la tela suele bastar con palparla con los dedos.

- Los buenos géneros tienen un buen tacto: suave fino, liso, agradable.
- Los paños baratos o ásperos y rígidos.
Coge dos trajes de diferente calidad y compara el tacto. Enseguida notarás la diferencia.
También merece la pena fijarse en la letra pequeña. En el bolsillo interior del traje encontrarás datos relevantes: talla, número de modelo, corte y número del código del tejido, si bien este último solo le servirá en caso de que tengas que hacer una reclamación.

Sobre la calidad, son relevantes datos como «100% lana virgen» o «80% lana virgen, 10% seda, 10% cachemir».
Es esencial evitar comprar trajes de materiales sintéticos. Ni siquiera el forro debe ser de nailon o similares. La única excepción sería la de un mínimo porcentaje de fibra sintética en los paños ligeros, lo que reduce las arrugas.

Lo mínimo que se puede pedir es «pura lana virgen», es decir, lana de hebras trasquiladas hiladas y tejidas por primera vez. «Pura lana» significa, por el contrario, que el hilo que conforma el tejido es reciclado de prendas viejas y restos de fibras.
La confección de un traje
Lo primero que tienes que hacer es darle la vuelta al pantalón. Cuanto mejor sea el traje, mejor y más preciso será su acabado. Comprueba cómo es el forro. En ocasiones, los de los trajes baratos son de nailon.

Si ese fuera el caso, devuélvelo a la percha o sudarás a mares. En cuanto a la chaqueta, comprueba que las rayas continúen sin interrupción sobre el bolsillo de la pechera.

Los cuadros deben seguir en horizontal desde el pecho hasta las mangas. Cuanto mejor encaje el estampado, mejor será la calidad de la pieza. A partir de 2.500 euros podrás exigir ojales cosidos a mano, botones de materiales naturales (cuerno o corozo) y entretelas picadas (es decir, los refuerzos de lino de la chaqueta cosidos, no solo pegados).
Eso sí, para reconocer los refuerzos picados, fíjate en lo siguiente:
- Primero: a la altura del talle la entretela deberás constituir una tercera capa suelta entre el forro y el paño.
- Segundo: en el caso de los tejidos menos gruesos, debajo de las solapas apreciarás las finas puntadas de picado con las que está cosida la entretela en el interior.

