Giorgio Armani sigue manteniendo a sus 88 años la misma fuerza para continuar siendo un icono de nuestra moda. Larga vida, Mr. Giorgio.
El taller de Giorgio Armani, un vasto palacio milanés de grandes ventanas, muebles sombríos y muy tranquilo, situado en la Via Borgonuovo, es también el hogar del propio diseñador, como Coco Chanel, cuyo apartamento privado estaba encima de su boutique de París, ya que, al igual que le ocurría a la diseñadora parisina, el universo de Giorgio Armani no distingue entre trabajo y diversión, pues ambas cosas se conjugan bajo un mismo techo. Es ahí precisamente donde Giorgio Armani celebra sus 88 años.
El diseñador de moda italiano sigue siendo el único propietario de su multimillonaria empresa, que este año celebra su 46º aniversario y aún a día de hoy sigue registrando cifras de ventas crecientes en todo el mundo. Giorgio Armani sigue teniendo todo el control de cada una de sus colecciones, los desfiles, las campañas publicitarias, la red de tiendas y las fábricas que elaboran sus productos.
Hijo de un empresario naviero, el que más tarde se convertiría en uno de los diseñadores más importantes de todos los tiempos quiso ser médico, pero dejó la carrera de medicina para dedicarse a la moda. Armani fue descendiente de la Europa devastada por la guerra, nacido en julio de 1934 y criado bajo la dictadura fascista de Mussolini, en la ciudad de Piacenza, al norte de Italia, que fue bombardeada intensamente por los Aliados en la Segunda Guerra Mundial.
En 1957 comenzó a trabajar como comprador en los grandes almacenes milaneses La Rinascente. A mediados de la década de 1960, consiguió su primer empleo como diseñador, trabajando para el magnate textil italiano Nino Cerruti y su excepcional talento no tardó en hacerse patente. Sin embargo, no fue hasta que conoció a Sergio Galeotti en 1975 que Giorgio se sintió lo suficientemente seguro como para lanzar su propia marca.
Con la ayuda de Galeotti, Armani lanzó su propia marca de prêt-à-porter para hombre y mujer, sin embargo, a pesar del éxito y la enorme acogida que tuvieron sus colecciones, Galeotti moría diez años más tarde, víctima del SIDA.
«Cuando Sergio murió, expresé una gran fuerza, porque quería que este trabajo nuestro siguiera apareciendo en el futuro. Quería que la gente apreciara lo que Sergio había hecho. Pero ni Sergio ni yo estábamos preparados para esto, para la violencia que a veces trae la vida».
Giorgio Armani
Giorgio Armani con su hermano Sergio y con su padre, Ugo.
Giorgio era el mediano de tres hermanos, por un lado, Sergio, el hermano mayor ya fallecido, y por otro, una hermana menor, Rosanna. Su padre trabajaba en una empresa de transportes; su madre era ama de casa, y hacía todo lo posible por mantener a la familia alimentada durante las privaciones de la guerra y en el período posterior, cuando, como recuerda Armani, «no había dinero ni nada que comer». También durante aquella época Armani vivió el arresto de su padre, que fue encarcelado durante varios meses acusado de haber trabajado para el estado fascista.
Armani describió su aportación a la historia de la moda de la siguiente manera: «Fui el primero en suavizar la imagen del hombre y endurecer la de la mujer. Vestí a los hombres con tejidos femeninos y robé a los hombres lo que las mujeres querían y necesitaban: el traje de poder». Su enfoque andrógino rara vez decepcionaba a los críticos de moda, que acudían obedientemente cada temporada a los desfiles organizados en su palacio del siglo XVII en la Via Borgonuovo, en el centro de Milán.
La reputación de Armani creció gracias a la popular película American Gigolo (1980), en la que el actor Richard Gere aparecía como el elegante propietario de un armario lleno de ropa del diseñador italiano. El público desarrolló una demanda cada vez más insaciable de su estilo minimalista, y muchos protagonistas de Hollywood se convirtieron en portadores del look Armani en las ceremonias de los premios de la Academia.
A lo largo de los años, Armani ha ido añadiendo nuevas ofertas a su empresa, introduciendo perfumes, accesorios, una línea de vaqueros, la línea de difusión de menor precio Emporio Armani, ropa deportiva y una línea de edición limitada de vestidos de alta costura hechos a mano. En el año 2000, el Museo Guggenheim de Nueva York presentó una importante retrospectiva de la obra de Armani. En 2002, Armani fue nombrado Embajador de Buena Voluntad del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Diseñó los uniformes de los abanderados italianos que participaron en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006, así como los de varios equipos deportivos profesionales, como el Chelsea Football Club de Inglaterra y los Rabbitohs de Australia. En 2007, Armani se asoció con el gigante de la electrónica Samsung para crear un televisor LCD (pantalla de cristal líquido) de lujo y un teléfono móvil como parte de la expansión de su línea de productos de consumo. Ese mismo año, su desfile de la colección primavera/verano de Armani Privé se retransmitió en todo el mundo a través del portal web MSN de Microsoft Corporation y de los teléfonos móviles Cingular, convirtiéndose en el primer diseñador de ropa en retransmitir un desfile de alta costura en directo por Internet.
La llegada de la pandemia no fue un momento de soledad para Armani, sino una oportunidad de reflexión en la que invitó a las marcas de moda a pensar en su actual estrategia de marketing y la modifiquen porque puede ser uno de los factores que causan desconexión con el cliente. La solución que propone es trabajar mano a mano con distintas marcas para que en conjunto puedan anticipar un sistema genuino en términos de humanidad, satisfaciendo al cliente y favoreciendo el futuro y el éxito de la empresa.
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