La banda colombiana desmonta el mito del “control absoluto” y apunta al caos que han provocado las redes sociales.
Durante estos 10 años, Morat ha sido testigo del funcionamiento de la industria musical. Y ahora, con una carrera sólida y una perspectiva más amplia, el grupo colombiano reconoce algo que hace una década ni se imaginaban. Durante su entrevista, el grupo confesó que, cuando empezaron, creían que los «altos cargos del sector» tenían una visión absoluta del negocio. Hoy piensan justo lo contrario. Juan Pablo Isaza, vocalista de la banda, lo explicó sin pelos en la lengua: “A lo largo de estos diez años nos hemos dado cuenta de que la gente que pensábamos que tenía más control de lo que pasaba en la industria de la música, en realidad no tiene tanto control. Antes veíamos a los altos ejecutivos del mundo de la música y pensábamos que podían controlarlo todo, pero la realidad es que todo el mundo está perdidísimo con lo que está pasando con las redes sociales”.
“Ahora son todo picos de fama. Igual que en un momento subes, al mes siguiente nadie se acuerda de ti”
La frase resume un pensamiento que ha ido creciendo dentro de la banda. Las redes sociales han alterado cada proceso, cada expectativa y cada lógica que antes parecía estable. TikTok ha sido el mayor terremoto. “Lo que ha pasado en los últimos años con TikTok ha sido una locura. El hecho de que seas un artista emergente, que hoy te conozcan mil personas y mañana subas un vídeo con una canción que se hace viral y en dos días te conozcan quinientas mil personas, es algo muy loco”, confesó Isaza, todavía sorprendido por la velocidad con la que cambia todo.

Ese ritmo tiene un lado muy positivo, sí, pero también una cara más incómoda. “Es algo positivo, de alguna manera, para alguien que está intentando consolidar su carrera, pero al mismo tiempo es negativo en la medida en la que un proceso artístico se está perdiendo porque la gente ahora busca la viralidad”, añadió. La reflexión se volvió más cruda cuando habló del impacto real que esto tiene en los artistas jóvenes. “Ahora la gente quiere 15 segundos de viralidad que le den todos los seguidores”.
Para Morat, ese ciclo acelerado no deja espacio al crecimiento. “Las redes sociales están afectando negativamente al desarrollo de un artista, a su proceso de crecimiento y a que exista una carrera longeva en la que el artista haya empezado en un punto y haya pasado por varias etapas hasta su crecimiento”, dijo Isaza. La consecuencia es evidente: “Ahora son todo picos de fama. Igual que en un momento subes, al mes siguiente nadie se acuerda de ti”.
Y mientras esto ocurre, la industria intenta ponerse al día. “Las redes sociales han puesto en jaque a la industria de la música. Todo está evolucionando a unos niveles tan locos que la propia industria está buscando una forma de acoplarse a esta nueva dinámica”, concluyó. Una confesión que deja al descubierto un escenario tan impredecible como fascinante.

