Andrés Ceballos cede el paso a Andrés Koi, su nuevo nombre, para emprender un ambicioso rumbo, ahora en solitario.
Es un axioma que los tiempos y las modas cambian, así como el hecho de que los grupos de música se separan, al menos en nuestro país. Este fue precisamente el caso de DVicio, quienes, tras ocho años de lanzar discos, dar conciertos, realizar giras y participar en festivales, decidieron inapelablemente continuar sus trayectorias profesionales por separado.
Aquel grupo fue el reflejo de una generación que empezaba a darse a conocer por las redes sociales, cuando estas aún circulaban en pañales por los primeros smarthphones, y casi sin darse cuenta, protagonizaron uno de los primeros “virales” de la historia de la música en nuestro país (¿Quién no se acuerda del famoso anuncio de televisión, reconvertido en Flashmob, protagonizado por un grupo de veinteañeros en las mesas de un Mcdonal´s mientras sonaba de fondo la canción “Paraíso”?). Esos cinco jóvenes acababan de irrumpir en el panorama musical español, tomando el relevo de otros grupos como El Canto del Loco o Pereza, que unos años antes habían decidido poner fin a sus proyectos conjuntos, y cuyos vocalistas optaron por continuar sus carreras musicales en solitario.
Hace ahora 10 años, España estaba viviendo una reconversión total, un cambio se estaba produciendo más rápido que ningún otro hasta la fecha. La gente se daba a conocer en Youtube y no en la televisión y los jóvenes ya no compraban discos físicos, sino que escuchaban sus canciones favoritas en Spotify. Dvicio fue, en aquellos primeros años de la nueva década del nuevo milenio, la banda sonora de miles de personas, el retrato de una nueva generación que encontró en sus canciones una nueva forma de sentir la vida, de divertirse, de salir con los amigos o de relacionarse a través de las redes sociales.
Pero eso ya es agua pasada. Ahora, el que fuera su vocalista, Andrés Ceballos, convertido ya en un hombre mucho más sereno y tranquilo, ha cerrado la puerta de sus veinte años y se estrena en esta nueva década de los treinta, abriendo una pequeña ventana a través de la cual trata de divisar un nuevo horizonte, ahora en solitario, con una nueva imagen de sí mismo y una nueva identidad con la que este mes de abril se ha presentado al mundo con su primer disco en solitario: Andrés Koi.
Tras una reflexión profundamente introspectiva, las palabras de Andrés ahora revelan una comprensión clara de la importancia de permanecer fiel a uno mismo en el proceso creativo. En este nuevo viaje, el cantante busca mantener esa conexión personal con su arte y evitar la influencia externa para agradar a los demás. Ahora el que importa es él. La autoexploración, el autoconocimiento a través de la terapia y el apoyo de sus amigos están siendo herramientas valiosas en el nuevo viaje de Koi.
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De Andrés Ceballos a Andrés Koi
Rísbel: ¿Tienes miedo?
Andrés: Sí, siento muchas cosas. Es una mezcla de emociones, pero, definitivamente, tengo más ganas que miedo. Tengo muchas ganas de compartir todo lo que he estado trabajando y necesito también tener libertad para seguir creando música. Siento como una resistencia cada vez que me siento a escribir canciones y pienso: «¡pero si todavía no ha salido el disco!». Inconscientemente, es como que me frena un poquito. Hasta que no salga el disco, siento como si llevara una mochila demasiado pesada. Necesito ir publicando la música. A mí lo que me gusta es estar constantemente creando y haciendo música nueva. Ahora tengo muchas ganas de que la gente conozca quién es Andrés y todo lo que ha estado rondando mi universo, y que llegue a la gente que tenga que llegar, la cual sé que va a tocar muchas puertas nuevas.
¿Qué te dijeron tus compañeros del grupo cuando les contaste tu decisión de dejar el grupo y empezar una carrera en solitario?
Fue un momento muy difícil y tenso, pero, por encima de todo, fue un momento meditado. No fue nada impulsivo. Nada, absolutamente nada. Ni una pizca de impulsividad ha habido, porque tenía la responsabilidad conmigo mismo, con mis excompañeros, y con mi propio hermano, que también estaba en la banda, de hacer las cosas muy pensadas. Fue una decisión que difícilmente tiene vuelta atrás, ¿sabes? Entonces, si tomas esa decisión, hay que ser congruente. Y yo sabía que iba a generar un cambio en mi vida. Tampoco puedes ponerte a intentar atar todos los cabos. Es decir, tienes que tomar la decisión en función de lo que estás sintiendo, y así lo hice yo. Y luego, a partir de ahí, empecé a crear el nuevo disco y me ha tomado un año estar afuera. Prácticamente, todo ha estado muy desconectado de la verdad, también de las redes sociales. No es que haya desaparecido por completo, pero he estado absolutamente nutriéndome de lo que quería, de lo que quería plasmar, del mensaje que quería dar, del mensaje que tiene el disco.
Así es el nuevo disco de Andrés Koi
¿Cuál es el mensaje que tiene este este nuevo disco?
Reconecta con tu niño interior y no sigas caminando con unos zapatos que ya no sientes como tuyos. Atrévete a honrarte a ti mismo cada día.
Rísbel: ¿Qué parte de este nuevo disco ha sido de tu puño y letra?
Yo siempre he escrito mis canciones y así lo he hecho desde que era un niño. La creación de mis canciones es, posiblemente, la parte más importante de esta nueva etapa. Este disco ha sido hecho a mano; me he involucrado en todos los procesos, no solo en la composición, sino también en el diseño y en el arte, en todo el tema visual en el que años atrás no me había involucrado.
O sea que el diseño visual de este nuevo trabajo también es cosa tuya…
Así es. La portada del disco es un cuadro que he ido pintando a lo largo de todo este nuevo proceso. Tanto mi equipo como yo hemos estado llevando las riendas de todo, y al final he tenido tiempo no solo para hacer la música, sino también para crear todo el universo que la gente tiene que conocer sobre Andrés Koi. Es decir, para mí no tenía sentido hacer solamente música y no enriquecerla con detalles visuales.
Japón, un viaje iniciático
¿Por qué elegiste Japón como punto de partida de este nuevo comienzo?
Por un par de razones. La canción «Buffet» me evocaba a Japón, a una dimensión internacional, a mucho color. Un día, estaba tomándome un café con William, el director del video de la canción, y los dos decidimos que Japón era la ciudad perfecta para grabar el videoclip de este tema. Y la segunda razón, creo que fue también una manera de romper con todas las expectativas que había.
¿Te afectan mucho las expectativas?
Las mías sí. Las que yo tengo sobre mí mismo. Porque al final, las de los demás, pues yo no convivo con ellas. Convivo con las mías ya. Así que, tratando de buscar un camino que estuviera en el lugar adecuado y que estuviera lleno de los matices que imaginábamos, nos fuimos a Japón. Es un lugar increíble por su estética, su gastronomía callejera y sus colores. Bueno, cuando digo «Japón», me refiero a Tokio, que es la única ciudad en la que he estado.
Bego Vargas, su pareja y protagonista de su videoclip
Oye y hablando de videoclips… ¿Cómo fue la grabación del videoclip “¿Todo lo que me mata” con tu chica, Begoña Vargas?
Todo ha sido muy bonito y ha surgido de una forma natural. «Todo lo que me mata» es una canción que le escribí a Bego en un avión de Ámsterdam a Madrid. De hecho, ha sido la canción que he escrito más rápida. Hay canciones que surgen en diez minutos y esa fue una de ellas. Además, no tenía instrumentos. Hay canciones que nacen directamente en la cabeza, y me voy grabando en notas de audio y ya sé cómo la quiero. Y literalmente fue una canción que salió así. Creo que ha sido de las canciones más rápidas que he escrito en mi vida. Cuando llegó la hora de grabar el videoclippensé: “Bueno, estoy describiendo desde mis ojos la forma en que veo a mi pareja así que yo no tengo que aparecer en este video, porque no tenía tanto sentido para mí». Ella es la protagonista y la que ha inspirado esta canción, así que se le ofrecí ser la protagonista y me dijo que sí. Nunca había trabajado con una pareja, y es algo que cuido bastante, dada la importancia de lo personal que es. Creo que lo que nos queda es lo más bonito. Por tanto, me ha dado vértigo también exponerme de esta forma, o exponerla a ella quizá de esta manera, pero al final, ella es actriz.
¿Por qué te ha dado vértigo?
Por eso te lo digo, porque no estoy acostumbrado. Nunca había hecho un videoclip con una pareja, así que siempre he tendido a separar bastante esos mundos, y así lo seguiré haciendo. Pero en este caso, era evidente que ella era la mejor opción para interpretar esta canción, ¿no? Y cuando se lo propuse, se le dibujó una sonrisa, y entendí que eso era un sí.
Andrés hace borrón y cuenta nueva en sus RRSS
Una de las cosas que más me ha llamado la atención es la limpieza que has hecho en tu feed de Instagram…
Si… ¡he dejado solo cuatro fotos! En el momento en que hice el cambio de nombre, pasando de Dvicio a Andrés Koi, no podía hacer un cambio de nombre sin que hubiera también un cambio en toda la imagen. Instagram es como un portafolio y, para mí, era muy importante no solo cambiar el nombre sino también todas las imágenes de ese portafolio.
¿Qué significa este nuevo nombre que has elegido?
Como sabes, Koi son las siglas de Kid of Inmigrants (hijo de inmigrantes). Después de diez años de carrera musical siendo “Dvicio”, estuve mucho tiempo pensando en el nuevo nombre con el que quería darme a conocer y, después de un año, me di cuenta que me sentía muy cómodo con mis raíces, con mi origen.
¿Qué te dijeron tus padres cuando les contaste el significado de este nuevo nombre?
Les ha hecho muy felices. Mis padres son muy reservados, pero el hecho de que esté contando con los dos y con mis abuelos les ha hecho muy felices. Yo charlo mucho con mi abuelo. Tengo la suerte de tener a mis abuelos vivos y, mi abuelo y yo, nos sentamos a charlar de la vida y a filosofar, lo cual me encanta. Mi abuelo me cuenta cómo emigró a Brasil, cómo se casó con mi abuela… esa es mi familia. Es la emigración. Es algo que ha pasado tanto por parte de mi madre como por parte de mi padre. Yo he crecido con mi familia fuera, he salido, he llorado porque iba a dejar atrás a mi familia y cada año era la misma historia de siempre: llorar porque faltaba un año para volver a ver a mi familia de Argentina. He tenido la suerte de viajar desde pequeño y cuando te alejas, se ven las cosas mejor y eso siempre lo he llevado con mucho orgullo. Cada vez que podía, yo decía: «Mi padre es de Argentina y mi madre de Brasil», aunque no me lo preguntasen. A mí es algo que me hace mucha ilusión.
La terapia, clave de su éxito
¿Te has quedado con algo del Andrés que has dejado atrás para empezar esta nueva etapa?
Sí, me he quedado, sobre todo, con lo bueno y con todo lo que he aprendido. Creo que cualquier artista tiene que estar súper conectado consigo mismo, porque en el momento en que dejas de estarlo, pasas a buscar agradar a los demás. Para mí, era esencial afrontar este nuevo camino desde la conexión conmigo mismo. Desde ahí es desde donde surgen absolutamente todas las creaciones de cada canción de este nuevo álbum. Parece una tontería, pero es súper fácil que la brújula se te dé la vuelta y acabes buscando la aprobación externa a la hora de crear música. Me ha resultado muy interesante todo ese proceso y, al final, lo he trabajado con mucho autoconocimiento, con amigos, con mucha terapia. Hago terapia semanalmente y me ayuda a darme cuenta de estas cosas que están en el aire y que son súper importantes.
Parece ser que la tendencia natural de los grupos musicales en España es separarse…
No quiero justificar una separación. Creo que cada uno tiene su noción, su conciencia de cómo se visualiza, de cómo está dentro de una formación y, sobre todo, de cómo va creciendo. Nosotros empezamos muy jovencitos y fue maravilloso… hasta que dejó de serlo. Cuando eso pasó, fue el momento en el que decidí separarme del grupo. Es muy duro, la verdad. No te voy a engañar. Ha sido muy difícil y sigue siéndolo. Pero lo bueno que estoy viviendo supera el miedo, como te he dicho antes, y también supera la incertidumbre. Ahora siento que me estoy honrando a mí mismo. Ahora creo en mí.
Texto: Mateo Carrasco
Fotógrafo: Álvaro Gracia
Estilismo: Berta Fernández-Abascal
Video: Pablo García
Asistentes de fotógrafo: Gabo Boza
Asistente de estilismo: Aura Ríos Boronat
Peluquería: Conchi (Salón Por Fin) para I.C.O.N Products
Maquillaje: Yohanna Rojas (Ns Management)
